9 de Octubre de 2010

Sitges 2010
De nuevo


De nuevo, en Sitges. Y, de nuevo, película de Paco Cabezas. Sesión 20h15 en el Auditorio de Sitges, en el que nos dejaron entrar con una amabilidad pocas veces vista (sin entrada, se entiende). Esta vez se trata de "Carne de Neón" (2010), versión largometraje de su propio corto (2005). Película que triunfa entre el público del Auditorio, no tanto entre la crítica, que quizás trata a la película con excesiva crueldad. "Carne de Neón" es una comedia muy a la española, con lo que esto conlleva, y supongo que lo que no se le perdona es su superficialidad, su falta de seriedad al abordar lo que la propia película cuenta. Tampoco es fácil encasillarla. Porque no es una comedia, ni un drama, ni una de terror, sino más bien todo lo anterior junto. La habilidad de Paco para cambiar de registro en la misma película es su mejor baza, o lo que yo más valoro de "Carne de Neón", aunque esto también es lo que más puede molestar a algunos cinéfilos, que se preguntan qué es lo que realmente se propone el director (quien supongo que tampoco piensa nada en concreto, sino pasárselo bien durante el rodaje). Paco demostró en "Aparecidos" el suficiente buen hacer como para fiarse uno de él. Si quiere ser serio, puede serlo; por lo menos, de momento. Quizás con el tiempo se le olvide, o no le dejen, o ni siquiera lo intente (ser o parecerlo). Esta es la gran cuestión a preguntarse con este joven director sevillano. Lo que le convendría quizás sería una estancia de varios meses en un país como Noruega o Islandia, donde aprendería a retomar sus ideas bajo un punto de vista "reformado". Y que dejara de ver cine americano durante un par de años, tampoco le vendría mal como formación.

Paco Cabezas
Paco y su particular Hiroshima


Paco se aleja del horror muy bien conseguido de "Aparecidos" para volver al mundo de la noche canalla. Sexo, drogas, y violencia. "Carne de Neón" es un batiburrillo de personajes pintorescos, enmarcados en una historia cuyo epicentro es la apertura de una casa de citas llamada "Hiroshima". Está el malo malote, sin escrúpulos; el joven héroe que se mete en líos; la pobrecita yonki; una madre que sufre la situación en su propio mundo descarnado; y una serie de chicas que caen en las garras de la prostitución más clandestina. Todo pasado por un turmix no demasiado embalado, lo que permite que la historia no se vaya por sí sola por los cerros de Úbeda.

Corto Carne de Neon
Protagonistas del Corto...


A destacar en la película el patetismo del personaje de Ángela Molina, que por momentos traspasa la propia pantalla, al igual que la carnalidad de Blanca Suárez, cual adolescente enviada por el diablo para excitar sexualmente a hombres, mujeres, plantas, animales y piedras.

Largo Carne de Neon
... y del Largo, con menos pelo el malo


Sitges 2010
¡Paco!, no te pierdas, por favor, ¡que el público se va!




10 de Octubre de 2010

Hybrid
Auténtica y Disfrutable Serie B


A continuación, una de las grandes sorpresas de los últimos años. Auditorio, 22h30´. Una película pequeña, que sufre de una hiriente falta de distribución, quizás ahogándose en sí misma por culpa de estar rodada en 3D (o al menos esta es la versión proyectada en Sitges). Una vuelta al cine de aventuras, puras y duras, sin más pretensiones. Una pequeña joya de serie "B", sobre todo para los aficionados al cine de automóviles con vida propia. Cualquier fan de "Christine", de los "killer car", o de la mítica serie de consejos de conducción "La Segunda Oportunidad" disfrutará doblemente. Se trata de "Hybrid 3D", o "Super Hybrid" (en la base de datos imdb, y en general, parece que se la conoce con este segundo nombre).

Hybrid
Digna, entretenida, diferente


La película tiene unas críticas horribles en los pocos sitios en los que se habla de ella, lo que me gratifica, porque algunas películas son para disfrutarlas en minoría. Esta es una de ellas. Aparte, hay que destacar el giro lovecraftiano final, original y bien llevado. ¿Que se trata de un guión con frases como para echarse a reír? Pues sí. Los personajes son meras marionetas al servicio del coche, protagonista absoluto. Dirigida por el francés Eric Valette, el mismo de "Malefique" (2002), película que tuve la ocasión de ver en la XIII Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián, de la que poco recuerdo, por cierto. Serían las cervezas.



Más tarde, empezaba uno de los famosos maratones de Sitges. En el Retiro, de nuevo. Desde la una de la madrugada, el programa prometía dos cortos y tres largos. Los primeros: "Deus Irae" (2010), de catorce minutos bien llevados, sobre un exorcismo bastante convincente; del argentino Pedro Cristiani. Y "Jack" (2010), corto canadiense de seis minutos, dirigido por Kryshan Randel; una aportación más, bastante divertida, al mundo de las calabazas de Halloween.

El primer largo fue la francesa "Rubber" (2010) de Quentin Dupieux.


Rubber
Corre, corre, que te pillo

La propuesta funciona, aunque por momentos, nos cansa. Rodada hace treinta años, hubiera sido un hit masivo. Hoy al público hay que sorprenderle de forma continua por mucho que el comienzo de "Rubber" sea totalmente hipnótico. Un simple neumático cobra vida, y empieza a desarrollar enseguida su capacidad de adaptación y depredación en el mundo en el que le toca vivir.

Rubber
Amor a primera vista

Rueda, y rueda, y poco a poco sus travesuras son de mayor relieve. Hasta que tampoco ni el mismo director parece saber muy bien hacia donde llevar el histrionismo que representa su neumático. Aún así, se agradecen muchísimo este tipo de intentos de hacer algo diferente. La película, vista en otro momento, fuera del contexto de un maratón de cine, puede ganar, o puede perder. Tampoco es para verla solo en casa, desde luego. Alguien se tiene que reír al lado tuyo. Si no, no tiene gracia ver a un neumático rodando por un desierto. Digo yo.

Rubber
¿Carátula del próximo single de Tangerine Dream?


Norwegian Ninja
¡INSOPORTABLE!

Ya está todo dicho de la siguiente película. La peor que haya visto jamás. Ni siquiera un público razonablemente entregado, con ganas de reirse un poco, pudo levantar en un mínimo porcentaje mi estado de ánimo. Soberanamente aburrida, rodada con dos neuronas y media, con una trama infantilesca de interés nulo. A evitar rigurosamente. Sólo para auténticos enfermos de la nueva ola de cine fantástico (de fantasía, mejor) nórdico, en general fastidioso, poco divertido, predecible, nada terrorífico, pusilánime, naif hasta el punto de dar vergüenza ajena. El responsable de este bodrio y desaguisado total es Thomas Cappelen Malling, que fue capaz de sacar setenta y siete minutos de rodaje de un proyecto que estaba abocado al desastre desde el principio. ¡Agghhh!

Norwegian Ninja
Los protagonistas del histórico Despropósito



Menos mal que la noche se salvó con un peliculón de Miike Takashi, que esta vez no me decepcionó (lo hizo por ejemplo con Crows Zero). "Zebraman: Attack On Zebra City".
Zebraman 2
1984 en Tokyo

Miike realiza una película que es fusión de aventuras, ciencia-ficción, y musical. Deja de lado sus manías, y rueda una historia potente, más subversiva de lo que podría parecer en principio (al menos para su público japonés). El tiempo juega un papel muy importante en las idas y venidas de los habitantes de Tokyo, controlados en todo momento por un gigantesco reloj. Zebraman se encargará de intentar destruir el control temporal de la población, algo que en la realidad, ocurre a lo largo del Japón de rostro menos turístico y mucho más oculto, sin que, desafortunadamente, exista un héroe del calibre de Zebraman para deshacer el problema. Pero Miike es más onanista que revolucionario, por lo que según evoluciona su película, se difumina su comienzo más transgresor, para terminar siendo un documental que narra las luchas de Zebraman contra su archienemiga, hija del alcalde, etc, etc...

Zebraman 2
Ven a por mí


En resumen, noche satisfactoria, no tan brutal como la del año anterior, no tan específica. Más divertida, que supongo que es lo que los tiempos piden. El terror está en casa. La risa, en Sitges. No comparto esta visión, desde luego. A medio plazo, los elevados precios, y la cada vez mayor desubicación de géneros que sufre el Festival, acabarán por pasar factura. Sobre todo por los primeros. La segunda tiene mejor arreglo; hay que estar más atentos con Sala y sus secuaces de sonrisa perenne (en concreto la programación de la peli noruega comentada antes en maratón nocturno no tiene perdón, -que la sufran los madrugadores críticos, no te jode-).

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