28 de Abril de 2007


Seijun Suzuki

Yumeji Foto Fementido


"Yumeji" aparentemente es una película de fantasmas.
Es lo que he leído yo en la carátula después de haber terminado de ver la película.
Y me he dicho: ¡Ah!, claro, eran fantasmas.
Más allá de este importante detalle, sigo sin enterarme de mucho.

El director es Seijun Suzuki, y con este nombre quizás aclare más las cosas.

La película, del año 1991, rebosa de simbolismo. De ese del que abusan muchas películas japonesas. El espectador poco iniciado puede ver fantasmas, pero también pueden ser pesadillas, sueños, visiones o lo que uno quiera. ¿Qué más da?
Llenos o llenas de mujeres con rostros demasiado parecidos, pinturas, kimonos, lagos, lluvia, muerte, suicidio, sake, baños, cortejos, tatamis, oscuridad, ... donde también aparece un coche, un teléfono y una estación de tren... En este caso parece que nos quieren decir que ya estamos en el Japón de Taisho. Nada ha cambiado, pero las nenas ya empiezan a darle al teléfono y a usar los coches para hacer cositas (esto último es un decir).

En fin, un entretenimiento estético, más de dos horas, que se hace largo, pesado, pero con planos y con ideas que sólo se pueden ver en las películas del señor Suzuki (o al menos en las tres que he visto yo de este señor).

En realidad he visto "Yumeji" esta extraña mañana de domingo porque ayer me encontré con el señor Suzuki por la calle. Y lo menos que podía hacer era hacerle este pequeño homenaje.

Sí, me lo encontré en la calle. Iba yo hacia el cine Nouveau, en Kujo, para ver qué se cuece por allí ahora, y comprobé que ayer mismo empezaba un ciclo enteramente dedicado a él. Estamos de suerte. Sólo hace falta animarse.

Aquí está el link:

http://www.cinenouveau.com/cinemalib2007/seijun/seijyun2.html

Fementido les recomienda ferviertemente acudir al menos a una de sus películas. Que sean las películas en japonés, sin subtítulos, no es excusa suficiente en este caso. Las películas de Suzuki valen mucho más por sus imágenes y por sus juegos de cámara, que nos conducen la mirada a lugares que no esperábamos ver. Especialmente a partir de finales de los años 60. Historias de violencia, de jóvenes, de artistas. Una buena manera de darse cuenta de que lo que vemos todos los días en la calle bien puede ser también una historia de fantasmas, solo que en este caso la película no viene acompañada con una carátula aclaratoria.


Back



5 de Mayo de 2007          La Puerta De La Carne



Hoy por fin ha llegado el día en el que me han dejado ir al cine. Es lo malo de vivir en un país tan cercano al nacionalsocialismo; que muchas veces hay demasiados compromisos con la sociedad, y es difícil dejarlos de lado. Si no hay responsabilidad, no queda lugar para la liviandad.



Retrospectiva a Seijun Suzuki


Sin embargo, ya metido en la sala, y olvidando estos pequeños detalles de la vida cotidiana, enseguida me he visto sumergido en la historia de Suzuki. Los mejores títulos de crédito que he visto desde hace mucho tiempo.



Nikutai No Mon


Ocupación americana tras la guerra. Tokyo. Barrio de prostitución. La policía militar (americana) dispara a matar. A fin de cuentas, nadie echa de menos a nadie. 4 prostitutas. Una de rojo, otra de verde, otra de morado y la gorda, que no puede faltar, de amarillo.



¿Quién piensa todavía que las japonesas no tienen carácter?


Surge el héroe. El que se encarga de alimentarlas prácticamente. Nos queda por ahí otra prostituta, que todavía viste kimono. A la cual se la tortura. Su estética no está a la orden del día. Los invasores también saben disfrutar de los encantos del barrio. Menos el sacerdote negro que es capaz de lo que sea para que la de verde vaya a la iglesia como tiene que ser. Violado y suicida acaba el pobrecillo.



Te vamos a tejer un nuevo kimono rojo


Hay otra causa por la que se tortura en la de casa de putas. Ninguna debe enamorarse, y dar su cuerpo por algo que vale tan poco como el amor. El final no puede ser otra cosa que la descripción de un desastre social. Suzuki lo sabe llevar a la pantalla sin problemas. Los decorados, el uso del color, de la sugerencia. El sabor a derrota se masca una vez acabada la película.



¡Qué coloradete te has puesto, machote mío!


De salida, creo que me he vuelto a casa.

Back